Hombres III - Padres e Hijos… una mirada diferente

En una parte de nuestra tesina vimos la relación que existía entre padres e hijos, y en nuestra investigación fuimos mas allá, sólo que al final no tenía mucho sentido incluirlo en el documento final. Sin embargo fue un tema que nos interesó y gustó mucho, por lo cual quiero que quede escrito en alguna parte.

Todo parte con el hecho que el hombre (sexo masculino, no generérico) que busca el éxito publico para sí mismo también querrá el éxito para su hijo. Por esta razón el hombre se preocupa de entregar a su hijo las herramientas necesarias para este éxito. Acá nos preguntamos como eran las relaciones de antaño y cuales eran las herramientas a traspasar.

Partimos por entender que pasaba en la época agraria previo al siglo XVIII. En la Época Medieval la familia trabajaba la tierra y el éxito se basaba en poder subsistir a partir de lo que daba el cultivo. Por esta razón el padre va a traspasar a sus hijos varones las habilidades necesarias para trabajar la tierra: le enseñaba cuando plantar, cuando cosechar, cual era la tierra buena, etc. Recuerden que la mujer no jugaba ningún rol activo en el mundo público, por lo tanto no tenía que aprender nada.

Sin embargo, con la Revolución Industrial al finales del siglo XVIII, el concepto del éxito cambia (en realidad TODO cambia). Los progresos técnicos y científicos tuvieron un enorme impacto en la estructura productiva y en la organización social de la época,. La población emigra del campo a la ciudad y las habilidades necesarias para el éxito hasta ese minuto comienzan a quedar obsoletas... las industrias necesitan mano de obra, la producción requiere ser comercializada... nuevas habilidades necesitan ser desarrolladas. (P.D. la mujeres siguen dedicadas a la casa y los hijos)

Es así como el padre dedicado a la agricultura tiene que aprender nuevas prácticas para ser exitoso en esta nueva sociedad. Probablemente aprenderá a trabajar una máquina, o tendrá un negocio donde venderá productos. Estas nuevas habilidades serán traspasadas a sus hijos (hombres, las hijas mujeres se casarán y tendrán hijos).

Luego, si pensamos en lo que ocurría a principios del siglo XX, un hombre exitoso era aquel exitoso en los negocios. Uno se asociaba con personas de la misma colonia o con apellidos rimbombantes para hacer negocios, y todas estas características eran suficiente para confiar en la otra persona y pensar que se tendría éxito (cuántos fueron estafados!). Sin embargo, los oficios comienzan a profesionalizarse, empiezan a aparecer las universidades y los hombres con visión ven en la educación “la oportunidad” de salir adelante. Así, estos hombres con educación, empiezan a tener ventajas por sobre aquellos sin ella, incluso ésta se presenta como una herramienta que permitirá, por primera vez, salir de un estado de pobreza a uno más próspero. La educación permitirá la movilidad social (tema que da para largo y para otra ocasión).

Así, desde mediados del siglo pasado, se observa (hasta el día de hoy) a los padres, con y sin educación, incitando a sus hijos a estudiar: “es lo único que te puedo dejar”, “sólo con la universidad saldrás adelante”, and so on. De esta manera pueden observar que las prácticas necesarias para el éxito nuevamente cambian. Nuevamente los hombres deben adaptar e incluso adquirir nuevas herramientas para enfrentar la vida con “éxito”.

Esto nos lleva a concluir que la situación actual en que vivimos es sólo una foto, un instante, de un proceso de permanente cambio. El punto, y la gran duda, es “¿qué viene ahora?” Con la Lore tenemos nuestra teoría de lo que está sucediendo ahora, pero ni idea de lo que vendrá en un par de generaciones más.

Nos encontramos más adelante a la misma hora en el mismo canal para seguir discutiendo este tema.