Hombres I - El Tercer Hombre

(es largo pero vale la pena!)

Este es el tema de la tesina que hicimos con la Loreto. Originalmente íbamos a estudiar el comportamiento de consumo de los metrosexuales en artículos de cuidado personal. Sin embargo al poco investigar nos dimos cuenta que habían cambios más profundos en el hombre y que afectaba a la mayoría de los hombre jóvenes de hoy (25-45 años).

¿Qué cosas fueron las que nos llamaron la atención? De partida vimos hombres más sensibles, más abiertos, más dispuestos a profundizar en temas que antes jamás hubieran hecho, temas más femeninos. Además encontramos hombres más involucrados en las tareas domésticas y en la crianza de los niños… ¿Qué les habrá pasado que cambiaron tanto? Creemos que pueden haber múltiples factores, sin embargo decidimos investigar una posible causal y planteamos como hipótesis que “los cambios en el hombre están dado por los cambios en la mujer”.

Para esto primero tuvimos que entender cuales fueron los cambios experimentados en la mujer a lo largo de la historia y para eso nos basamos en Gilles Lipovetzky, filósofo francés, que habla de 3 tipos de mujer a lo largo de la historia. La Primera Mujer es aquella que sólo vale por ser reproductora de mano de obra y encargarse de la casa. Es considerada inferior, enfermiza, y cero aporte en otros ámbitos. La Segunda Mujer aparece a finales del la Edad Media (s.XV) y es venerada por su belleza y se valora como madre, esposa y educadora. Esta mujer tiene participación en la sociedad, sin embargo sigue estando a la sombra del hombre, dependiendo económicamente de él y sin poder de toma de decisiones (éstas las sigue tomando el marido).

La Tercera Mujer nace en al segunda mitad del siglo XX y es la mujer “indeterminada” porque al nacer tiene las mismas oportunidades que un hombre, el futuro está abierto y ella puede elegir lo que quiere para sí. Esta mujer tiene la libertad de gobernarse a sí misma sin patrón social que la limite. Ella decidió eliminar de su vida las normas y prácticas que coartan su libertad y mantiene aquellas que la potencian en su esencia.

De esta manera la Tercera Mujer no sólo se desenvuelve en el ámbito privado, su ámbito por excelencia, sino que ahora además busca desarrollarse en el ámbito público, ámbito hasta hace poco exclusivamente masculino. Esto genera cambios importantes en el hombre, tanto en lo privado como público.

En el mundo privado, la mujer al salir de casa a trabajar deja de cumplir ciertos roles en el hogar ya que por una cuestión de tiempo, energía o simple decisión ya no realiza o por lo menos no realiza sola. El hombre siente que no hay escusas válidas para no participar de los quehaceres del hogar si su mujer tuvo un día igual de cansador que él. Así los roles comienzan a compartirse y las tareas del hogar ya no son un deber exclusivo de la mujer. Lo mismo sucede con la crianza de los hijos. Los padres ahora también se preocupan bañarlos, compartir tiempo con ellos, de desarrollar su lado emocional, etc.

Un punto importante a mencionar antes de seguir es el hombre y lo que determina su felicidad. Para el hombre la felicidad está en el logro de objetivos en el ámbito público, en el reconocimiento de su labor y lograr este éxito público (¡Horror! ¡La mujeres no somos su prioridad!). Si alguien no está muy convencido de esto, basta que piensen ¿qué es el hombre si éste no trabaja? El trabajo y el rol proveedor son elementos constitutivos de la esencia del hombre. Sigamos.

Por otro lado, en el ámbito público, la mujer participa activamente en este mundo que hasta hace poco era exclusivamente masculino y aparecen ciertos valores y competencias que comienzan a ser valoradas en el mercado laboral como las “habilidades emocionales” (o inteligencia emocional). Estas habilidades están naturalmente más desarrolladas en la mujer que en el hombre, por lo cual él hombre debe intentar desarrollarlas para lograr el éxito público.

Acá nos encontramos con otra arista de los cambios que ha enfrentado el hombre en los últimos años. Así como el hombre quiere ser exitoso, también querrá que su hijo sea exitoso en el futuro. Por esta razón el padre se preocupará de estregarle a su hijo las herramientas necesarias para el éxito público. Hasta donde nosotros sabíamos, éste se lograba con la educación. La educación era las que nos abría puertas, la que nos prepara para enfrentar el futuro. Así los padres, hasta hace poco, sólo se involucraban en lo que tenía que ver con los estudios de los hijos, más aún, sólo se preocupaban de los resultados que los hijos obtenían en los estudios (nuevamente aparece la naturaleza del hombre enfocada en objetivos y resultados y no en procesos).

Sin embargo, hoy los padres, inconscientemente, interiorizaron que los estudios no son suficientes para el éxito futuro y que las habilidades emocionales comienzan a jugar un rol importante en el desempeño laboral (mundo público). Es así como ahora los padres buscan estar más cerca de los hijos para fomentar el desarrollo emocional que (se supone) les será útil en el futuro. Esta sería otra razón para entender el por qué los padres están jugando un rol más activo en la crianza de los hijos.

De esta manera llegamos a identificar a un nuevo hombre: un hombre más sensible, más participativo en el hogar, más involucrado con sus hijos, al que hemos denominado EL TERCER HOMBRE. Este es el hombre que surge a partir de los cambios en la mujer. Este hombre es el par de la Tercera Mujer y a mi juicio es la mejor versión de hombre que he visto.